La capacidad de adaptación determina las posibilidades de encontrar, conservar y de mejorar empleo. En la aguda crisis provocada por la pandemia es más importante que nunca adaptar la formación a las nuevas necesidades y acreditar las competencias profesionales que se poseen. La formación no sólo es cosa de jóvenes, cualquier persona en edad laboral puede acceder a las herramientas formativas para mejorar sus conocimientos.
El mundo laboral demanda más que nunca la permanente actualización de las habilidades y conocimientos para mantener y mejorar la empleabilidad. No importa la edad. El aprendizaje de las nuevas herramientas informáticas y tecnológicas aplicadas a cada área profesional contribuyen a que los profesionales se conecten con su trabajo en las circunstancias actuales.
Además de para mejorar en el trabajo actual, la formación y la ampliación de conocimiento facilita que se puedan buscar oportunidades de trabajo en otros sectores.
Según recoge el Plan de Modernización de la Formación Profesional, elaborado por el Gobierno, los estudios prospectivos del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional (CEDEFOP) apuntan a una creciente demanda de cualificaciones de nivel intermedio y superior, al menos hasta el año 2025, y una disminución en la demanda de trabajadores con bajo nivel educativo.
La demanda coincide con los mandos intermedios y los técnicos cualificados, es decir, con los técnicos y los técnicos superiores de Formación Profesional. Prevén que, en el horizonte del año 2025 en España, el 37% de los puestos de trabajo corresponderán a personas con un alto nivel de cualificación, el 49% a personas con un nivel medio de cualificación, y sólo el 14% a personas con un bajo nivel de cualificación.
15
ENE
Apúntate a nuestra newsletter